Ventajas de usar calderas de condensación en tu hogar

Las calderas más utilizadas en el mundo para generar calefacción y agua caliente son las de condensación. Esto es gracias a que desde el año 2015 son las únicas calderas de gas en fabricación.

Beneficios de las calderas de condensación

Ahorro energético

Las calderas de condensación, como su nombre lo indica, aprovechan el calor que se produce en la condensación de los vapores de agua siendo más ahorrativas energéticamente.

Protege tu bolsillo

El ahorro energético va de la mano con el económico, ya que gracias al aprovechamiento del calor y vapor del agua, conservan alrededor de un 25-30%  del consumo de energía colaborando con el medio ambiente y tu bolsillo al momento de pagar la factura.

Menos contaminación

Las calderas de condensación restringen las emisiones de gases contaminantes hasta un 70% debido a que minimizan la temperatura de los gases de combustión.

Desventajas de las calderas de condensación

Mayor costo

Las calderas de condensación son más costosas que las tradicionales, pero esto solo se ve reflejado al momento de pagar la primera inicial, ya que en pocos meses quedan totalmente canceladas debido al ahorro económico que ellas generan en la factura de gas.

Salida de humos

Al momento de instalar una caldera de condensación se tiene que visualizar el lugar donde se va a colocar, ya que el espacio debe tener una salida para que el vapor o humo salga del hogar. Estos vapores no son nocivos para la salud ni mucho menos, sino que si el lugar donde fue instalado no tiene una chimenea este provocará goteras en el techo.

Instalador de gas Madrid te ha explicado en este post semanas los dos lados de la moneda y si analizamos los pros y contras, son más los beneficios que las desventajas al momento de adquirir una caldera de condensación.

¿Consumen más energía las calderas que se apagan y encienden con regularidad?

Un alto consumo de gas es la consecuencia de tener calderas que constantemente se apaguen y enciendan en un corto periodo de tiempo. El proceso de calefacción de una caldera es la etapa funcional que abarca el mayor consumo de energía, así como también el sistema de regulación de potencia de la caldera, y el sistema de termostato ambiente. Todo esto por supuesto afecta en el número de ciclos de encendido y apagado del calentador.

  • Menor rendimiento: Consecuencia primordial de las calderas que se encienden y apagan constantemente

El rendimiento de las calderas resulta de una ecuación; la misma consiste en dividir su potencia útil en Kw, entre la potencia calórica obtenida al combustionar un combustible. El resultante, multiplicado por cien, se expresa en porcentaje, y mientras más alto sea el numero mejor rendimiento tendrá la caldera.

A la luz de esta explicación, una caldera cuyas funciones y tipo de regulación de potencia le permitan un 95% o superior, aportara mayor rendimiento a la energía consumida, e imprimirá mayor fortaleza en su instalación (radiadores, agua caliente) que otra caldera con menor rendimiento.

Hay calderas muy diversas en cuanto a su rendimiento, desde 55% en adelante. Naturalmente, estas calderas se consideran con un rendimiento muy bajo, especialmente común en modelos antiguos, lo cual ocasiona que se apaguen y enciendan constantemente en estados de calefacción.

¿Por qué mi caldera se enciende y apaga constantemente?

Cada caldera desarrolla una potencia que entrega a la instalación en función de su sistema regulatorio, dependiendo del tipo de termostato ambiental que esté instalado en dicho sistema.

La potencia sin control alguno es un completo desperdicio de recursos energéticos, pues solo se consumirá gas con un mínimo rendimiento. Cuando una caldera se apaga y enciende constantemente lo hacen porque regulan la entrega de su potencia a la instalación mediante un algoritmo de “todo o nada”, mejor conocido como On/Off. Este algoritmo consiste en apagar el quemador del calentador cuando la instalación obtiene su temperatura consignada, y cuando la temperatura decrece por debajo, vuelve a ordenarencendiendo los quemadores, haciéndolo a una excesiva potencia para las necesidades del momento.

Calderas modulantes con ahorro hasta un 10%

Aportar una porción pequeña de potencia es algo que solo logran hacer los calentadores modulantes, que a su vez se encuentran sincronizados con un termostato ambiente modulante.

Cuando esta situación no ocurre y nuestra caldera opera con un algoritmo “todo o nada” similar, entra en ciclos cortos de encendido y apagado ya que en segundos o escasos minutos entrega más potencia de la necesaria a la instalación, posteriormente alcanza la temperatura consignada o de confort y luego se apaga nuevamente, repitiéndose el ciclo una y otra vez, produciendo mayor consumo y menor rendimiento.

Siente total libertad de contactar con instalador de gas Madrid si tienes dudas adicionales a las calderas modulantes de condensación, y aquellas calderas que se encienden y apagan constantemente.

Trucos para ahorrar dinero con tu caldera

Afrontar la inversión en una caldera puede suponer gastos que descuadren un poco la economía doméstica, pero, una vez hecha la compra, no hay duda de que se trata de un aparato que sirve para mejorar considerablemente la vida de las personas. Las calderas darán un servicio excepcional en los meses de otoño invierno, en el tiempo más frío e inclemente. No obstante, siempre es interesante estar alerta en lo que al ahorro de dinero se refiere, de manera que la caldera no sea un foco continuo de gastos desorbitados. Más abajo exploraremos una serie de pequeños trucos que ayudarán a ahorrar.

Llevar a cabo unas labores de mantenimiento de la caldera idóneas evitará futuros accidentes, contratiempos y averías, por lo que se ahorrará a largo plazo; lo correcto sería que la caldera no pasara de los quince años de vida antes de ser reemplazada. Los cerramientos eficientes y los aislamientos certeros en puertas y ventanas servirán para que el calor no se pierda ni se vaya de los cuartos.

Son los pequeños detalles rutinarios los que nos proporcionarán muchos trucos para ahorrar en el uso y disfrute de la caldera. Reducir el tiempo en la ducha siempre es un acierto, así como cerrar el agua mientras nos enjabonamos; se ahorrará en gas y se desperdiciará menos agua, y la labor de estar limpios se cumplirá del mismo modo que procediendo sin control ni auto restricciones de tiempo. Programa el agua caliente a unos cuarenta y cinco grados, en lugar de a sesenta grados, nos reportará un considerable ahorro en el día a día, sobre todo porque las altas temperaturas tampoco van a ser utilizadas en las duchas.

Dentro de los pequeños hábitos que harán que la factura del gas y del agua sean menores, prescindir del calor cuando no sea necesario también habrá que tenerlo en cuenta; dejar el mando del grifo en la posición de frío cuando nos estemos lavando los dientes, cuando estemos fregando o cuando no vaya a ser necesario, supondrá un ahorro en gasto de gas.

La colocación estratégica del calor también será otro de los trucos que reducirán los gastos. Así, aprovechar al máximo el calor residual será una tarea interesante que se podría realizar cuando se cocine al horno o cuando se esté planchando. Ubicar correctamente las fuentes de calor también será positivo, quedando los radiadores junto a las ventanas para el aire se redistribuya por el espacio, sin que los muebles puedan hacer de barrera para que el calor se expanda.

Otros pequeños detalles, que pueden parecer simples pero que aportarán su granito de arena en lo que a reducir la factura del gas se refiere, serán estar bien abrigado dentro de casa (a veces el frío procede de una relajación extrema que lleva a no prestar atención a la ropa que se usa dentro de casa) o aprovechar al máximo la aportación de calor de sol, de modo que se suban las persianas cuando las horas de luz natural puedan calentar la casa.

Los paneles reflectantes también podrán ayudar; si se los colocar en parte de atrás de los radiadores, entre el aparato y la pared, el calor podrá rebotar y expandirse por consiguiente por todo el cuarto, sin que los muros absorban este calor aprovechable (hay estimaciones que indican que los paneles reflectantes pueden ayudar a ahorrar hasta un veinte por ciento de la energía gasta en consumo de calefacción.

Programar el termostato a unos grados centígrados adecuados es recomendable; en el hogar se podrá estar a gusto a una temperatura de veintiún grados, sin hacer excesos que no ayudarán a combatir el frío. No hay que olvidar que cada grado que aumentamos supone un gasto mayor del siete por ciento aproximadamente. Además, que el termostato no sobrepase los veintiún grados contribuirá a no cargar el ambiente y a no crear un clima incómodo pasado un tiempo. Durante la noche, la temperatura no será molesta en los dieciséis grados, por lo que es conveniente revisar el termostato antes de ir a la cama.

Hay que recordar cerrar los radiadores que no se estén utilizando. Y es que hay habitaciones o cuartos en los que deja de haber gente, por lo que no será preciso seguir llevando a cabo un gasto energético en esos lugares. Cerrar bien las persianas y las cortinas durante la noche servirá para que se pierda menos calor en el hogar. Es importante mantener abiertas sólo las llaves de los radiadores en los que haya presencia humana; es desaconsejable calentar los espacios previamente a la llegada de algún inquilino a una habitación, pues hoy en día no hay problemas en aclimatar los espacios con la mayor velocidad. Por tanto, no estaría mal tener en cuenta todos estos trucos que hemos comentado para lograr ahorrar dinero con nuestra caldera.